8 nov 2013

Fatiha, marroquí, lleva más de diez años en España y lleva muchos años trabajando en una empresa de inserción y ahora en un centro especial de empleo cobrando siempre el salario mínimo interprofesional, con las pagas extras prorrateadas justo los 700 euros. Tiene una hija aquí desde hace dos años y no ha conseguido encontrar ningún trabajo, se plantea volver a Marruecos ya que puede tener más posibilidades la hija en Marruecos de cara a un curro. Ahora no comparten piso, la subida de luz, agua, alquiler… cada día la cosa se pone más complicada.

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