J.
M. prefiere que sólo aparezcan las iniciales de su nombre. Trabaja en el ramo
del metal, tiene 47 años y dos hijos pequeños en edad escolar.
El
último año ha pasado por 6 talleres diferentes alternando con periodos de paro
entre algunos de esos talleres. El tiempo de permanencia fue de 3 meses, 4
meses, 4 días, 10 días, 1 mes y 3 meses. En uno de esos talleres hacía 4 horas
extras todos los días y 8 más los sábados; en otro hacía 13 ó 14 horas todos
los días.
Dice
que en cuanto al trato que recibe hay de todo, desde un trato aceptable, hasta
otros en los que o te plantas o acabas tragando todo lo que te echan encima. Si
marcas tu territorio y defiendes tus derechos el enfrentamiento está servido y el
no ir a la calle dependerá de que valoren que trabajas bien y te necesiten. En uno de los talleres, les obligaban a
trabajar en condiciones insalubres y
acabo agarrando al encargado por la pechera
y, cosas de la vida, no fue despedido, incluso el encargado acabó pidiéndole
disculpas.
En
otra empresa conoció a un chaval que hacía de encargado y tuvo que coger la
baja por un problema de cervicales; a los 6 meses lo echaron a la calle después
de llevar 8 años trabajando; tenía 32 años.
En
otro taller no les dejaban usar el puente grúa para así acelerar el ritmo de
trabajo y al final hubo ‘más que palabras’…
Se
dio también el caso de una empresa en la que estaban de ERE y haciendo horas en
negro.
J.
M. lleva ya 5 años dando tumbos de un sitio para otro y dice que se ha
acostumbrado a ir al día pero siempre con la preocupación de su puesto de
trabajo para la semana siguiente. Esta situación laboral le impide poder llevar
una vida social medianamente estable con familiares y amigos así como cultivar
sus hobbies.
Dice
que él no se puede quejar en comparación a otros trabajadores pero que a corto
plazo el futuro lo ve mal. De cualquier manera ver la alegría de los niños es
algo que le da fuerza y esperanza.
En
cuanto a la solución del problema no tiene esperanza de que llegue a través de
la política tradicional. Le ilusionó ver el nacimiento del 15M aunque al final
quedo decepcionado debido a la contaminación que a su juicio sufrió debido a
grupos que quisieron arrimar el ascua a su sardina.
Piensa
que en los convenios de empresa se persigue en exceso los avances en materia
salarial dedicando muy poco esfuerzo a otros asuntos de tanta o más
importancia.
Cree
que a los empresarios hay que marcarles unos límites y hacérselos respetar y
los trabajadores desarrollar su trabajo con honestidad.
Ve
importante regenerar la labor de los sindicatos para que recuperen el poder de
representación y defensa de los trabajadores que actualmente están perdiendo
por distintas razones.